La teoría de los árboles gigantes de 60km.

Hay un montón de cosas sobre el pasado de nuestro planeta que todavía se nos escapan a la razón, o al mero sentido común. Cosas tan increíblemente extrañas o surrealistas que, tan sólo pensarlas, las etiquetamos como "imposibles" o "irreales".
Hoy vengo a hablaros sobre una de esas cosas a las que, seguramente, le colgaréis una de esas dos etiquetas, o ambas, o quién sabe si incluso alguna más. Esta teoría en cuestión plantea que un pasado lejano, hace miles o tal vez millones de años, existieron en nuestro planeta árboles gigantes que habían podido llegar a medir 60km de alto.
Nosotros estamos acostumbrados a ver árboles de 20-30m (y ya nos parecen altísimos), así pues la idea de que pudiese haber existido tan sólo un árbol de tal magnitud se nos hace prácticamente imposible de creer. Sin embargo, contra todo pronóstico, existen ciertas pruebas que corroboran la posible existencia de estos árboles gigantes de la antigüedad.
Es aquí donde entran en juego algunas de las mesetas del nuestro planeta cuya forma y materiales nos revelan a gritos la existencia de que hay algo que no termina de encajar.

La Torre del diablo (USA) comparada con la base de un árbol cortado.

La Torre del Diablo (USA) es la prueba más evidente (y famosa) de la posible existencia de estos gigantes en una era pasada. En efecto, estamos suponiendo que este enorme lacolito no es un "lacolito" en sí, sino un antiguo árbol gigante cortado a la mitad y petrificado. 
La historia "oficial" (ya que en Wikipedia se muestra como otra posible teoría, pero la más aceptada) de la creación de esta Torre es que se formó hace millones de años a causa de una erupción volcánica. Ahora bien, la teoría de que sea un posible árbol gigante se refuerza al mirar de cerca la forma del material de esta estructura aparentemente volcánica y encontrar formas hexagonales perfectas, mil veces más semejante a las vetas de la madera que a una formación por lava solidificada. A esta forma se le da el nombre de estructura basáltica hexagonal y podemos encontrarla alrededor de todo el mundo, desde en las colmenas de las abejas hasta en los ojos de las moscas.
También, en la Biblia, aparecen alusiones hacia "árboles/frutas gigantes". Incluso hacen mención a dichos colosos en obras tan famosas como el Mago de Oz. 
  • Números 13:23 "Cuando llegaron al Valle de Escol, cortaron una rama con un sólo racimo de uvas, tan grande que tuvieron que transportarla en un palo entre dos hombres".
  • Ezequiel 31"He aquí un cedro del Líbano de hermoso ramaje y elevada altura, su copa se elevaba hasta las nubes".
  • El Mago de Oz "Érase una vez, en la tierra de Oz, donde habían gigantescos árboles de silicio que se sujetaban a una inmensa memoria de cuarzo, enraizados y conectados por toda la base de la tierra".


A la izquierda, las paredes de la Torre del Diablo. A la derecha, una imagen de 
lava solidificada. No se parecen en NADA.

Entonces, ¿es posible probar la existencia de antiguos árboles gigantescos a partir de bases todavía más sólidas que la supuesta creación de la Torre del Diablo y menciones en antiguos escritos? La respuesta es sí.
Es bien sabido que uno de los componentes de los árboles de hoy en día es el carbono, pero si suponemos que pudo haber árboles gigantes compuestos por silicio en una época pasada y sabiendo que el silicio es un gran conductor, estos árboles gigantes de silicio podrían haber albergado una gran cantidad de información y energía, por lo que podrían haber llegado a medir alturas inimaginables.


Sea como sea, hoy en día el misterio de estos antiguos gigantes de madera sigue siendo una incógnita para la mente humana y su existencia tampoco puede ser probada del todo pues todavía faltan varias piezas de este complicado rompecabezas.
Aún así, que su existencia siga siendo bastante posible nos hace replantearnos, finalmente, varias preguntas: ¿por qué se extinguieron?, ¿por qué no hay evidencias más claras que nos lleven a dar el paso definitivo a darle el "ok" a su existencia?, y la más inquietante de todas: todas las mesetas, colinas, lacolitos... que podrían ser antiguos árboles gigantes aparecen partidos como si hubiesen cortado el árbol limpiamente por la base, ¿quién o qué los cortó?
Incógnitas que, sin duda, tardarán muchos años más en resolverse. 
Tal vez un poco menos. 
O tal vez nunca.



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