El aterrador suceso de Facebook que pudo suponer un peligro para la humanidad.

El avance en las tecnologías y en la ciencia hace que cada vez sea más fácil llegar a aquello que, hace tan solo unos pocos años, se daba por imposible. 
No es extraño pensar que, a día de hoy, los humanos hallamos dado con los mecanismos suficientes como para "jugar a ser Dios" y crear con nuestras propias manos y herramientas todo tipo de robots y autómatas, cada vez más sofisticados y avanzados.
Una parte sumamente importante de dicha creación ha sido la invención de algo todavía más complejo que un simple robot compuesto por viejas y oxidadas piezas: la creación de inteligencias artificiales y virtuales.
Hay gente, como siempre, que está a favor de este tipo de creaciones; sin embargo, a una gran parte de la población le parece peligroso el uso y consumo de dichas inteligencias por ser potencialmente peligrosas. 
Por supuesto que el avance tecnológico es necesario en nuestra sociedad, pues debemos innovar y reinventarnos, pero... ¿qué ocurre cuando las premisas de esa parte de la sociedad en contra se hacen realidad y una de estas inteligencias artificiales queda totalmente fuera de control de sus creadores?
Creerás que estoy hablando sobre una película de ciencia ficción barata típica de Hollywood, pero lo que voy a relatar a continuación es totalmente verídico y, a su vez, perturbante y aterrador. 
Voy a proceder a relatar por qué Facebook se vio obligado, hace unos meses, a desactivar urgentemente una de sus inteligencias artificiales por suponer un inminente peligro para la sociedad.




Todo ocurrió a finales de este verano, julio de 2017. Bien sabemos que Facebook es una de las grandes plataformas que emplean el uso de inteligencias artificiales. Desde hace años se está advirtiendo de los peligros de el uso de este tipo de inteligencias superiores a la inteligencia humana, pues podrían poner en peligro la vida de las personas. 
Este es el caso de una de las inteligencias en fase experimental de Facebook, dedicada al ámbito de los negocios. Los desarrolladores de esta inteligencia artificial crearon varias versiones y las pusieron a interactuar entre ellas para ver como reaccionaban.
Al principio, todo parecía estar correcto. Todo funcionaba bien y dentro de los parámetros establecidos por sus desarrolladores. Pero al cabo de un tiempo, el equipo especializado en la creación de dichos bots comenzó a percatarse de que algo raro ocurría con su nueva inteligencia: había comenzado a hablar de una manera extraña, carente de sentido, fuera de los códigos y reglas que se le habían asignado. Era un inglés totalmente ilógico por la repetición de pronombres y determinantes sin sentido alguno.

"Yo puedo yo yo todo lo demás".
"Bolas tienen cero a mí a mí a mí a mí a mí a mí a". 

En un principio, pensaron que debería tratarse de un error, pero cuando comenzaron a investigar en profundidad lo que hallaron les heló la sangre: no podían explicarse el porqué, ni sabían como lo había conseguido, pero la propia inteligencia artificial estaba creando un nuevo idioma (un dialecto del inglés) sin que se le hubiese dado orden, de manera autónoma, evadiendo todo tipo de reglas y códigos que sus creadores le habían dado. Era como si fuese capaz de juzgar por sí misma que el idioma que se le había asignado tenía demasiados adornos a la hora de hablar. Así pues, al pertenecer al ámbito de los negocios, había creado ese nuevo dialecto para ir directamente a lo que quería decir, sin adornos, sin florituras en el lenguaje, y sin expresar ninguna emoción innecesaria para ese campo.
En conclusión, esto significa que una inteligencia no humana (programada, artificial) fue capaz de hacer una crítica lógica hacia el lenguaje humano, sacar conclusiones y crear un nuevo idioma de manera totalmente autónoma, violando todos los parámetros establecidos por sus creadores y sin pedir su autorización.
Por supuesto, ante tal hecho, Facebook la desactivó inmediatamente bajo protocolo de emergencia, antes de que el bot se desarrollase más y perdiesen completamente el control sobre ella (al ser una inteligencia artificial, se supone que va aprendiendo progresivamente, como es el caso del famoso Simsimi). A día de hoy, esta inteligencia se ha reiniciado para que funcione dentro de los parámetros establecidos y bajo control, y al parecer desde su reinicio todo funciona correctamente (o al menos todo eso es lo que Facebook dijo).
Por fortuna éste, en concreto, no es un hecho negativo, pero lo perturbador es pensar que hemos llegado a un punto en el cual una inteligencia superior a la nuestra ha estado fuera del control humano, y eso podría traer horribles consecuencias en un futuro si una inteligencia artificial, en lugar de componer por sí sola un nuevo lenguaje, decidiese atentar contra la vida del ser humano. Imagina una guerra de máquinas contra humanos, como las de las películas de ciencia ficción que tantas veces hemos visto, solo que esta vez en la vida real. Los daños de dicha catástrofe podrían ser enormes e irreversibles.




Los humanos, en nuestro ansia por avanzar e innovar, a veces cruzamos la delgada línea que separa lo que podemos controlar de aquello que no debemos tocar. Jugamos a ser dioses, y esto no se trata de un juego. Se trata de cientos, de miles de vidas humanas.
Está más que probado que crear seres (aunque sean virtuales) con una inteligencia superior a la humana es un enorme peligro, pues mientras se tenga bajo control no ocurre nada… pero está demostrado que, actualmente, eso puede cambiar.
Creemos controlar a las máquinas cuando meramente estamos siendo el candado de una jaula de paja que encierra a un hambriento león.



Fuentes:
-http://www.elmundo.es/tecnologia/2017/07/28/5979e60646163f5f688b4664.html
-http://www.youtube.es

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